La gastronomía es sin duda uno de los mayores tesoros que refleja la riqueza y el encanto de un lugar. Así, con el paso del tiempo la cocina de cada región se ha refinado, dando como resultado todo un movimiento gourmet seguido por los sibaritas más conocedores. Sin embargo, existe una región que ha apostado por conservar sus tradiciones más arraigadas, manteniendo a su gastronomía intacta de las influencias modernas: Copenhague.
La bellísima capital danesa, que originalmente surgió como un pueblo de pescadores, está situada en el punto más importante del Mar Báltico y el norte de la poderosa Alemania. Esto la convirtió desde tiempos inmemoriales en un punto estratégico para el comercio. Después de ser víctima de incendios, saqueos y plagas, la ciudad fue amurallada en el siglo XVIII, lo que la hace uno de los sitios coloniales más bellos y emblemáticos, no solo de la región nórdica, sino de toda Europa.
Todo lo anterior se refleja en su especial gastronomía única en el mundo, que recientemente ha llamado la atención por mantener una base con los orígenes escandinavos en ingredientes, recetas y formas. Desde la comida rápida, hasta los más exquisitos platillos de los restaurantes considerados como los mejores del mundo, la gastronomía danesa se coloca como un patrimonio mundial.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Dinamarca fue ocupada por tropas alemanas, lo que le regaló a la capital una corriente de influencias. A partir de esto, surgió una concentración de cafeterías y restaurantes, sobre todo en los distritos Indre By, Østebro y Vestebro. La primera cafetería de Copenhague abrió sus puertas en 1831, aunque fue hasta 1976, con la apertura del famoso Café Sommersko, que la ciudad adoptó la cultura del café.
Actualmente existen más de 300 cafeterías en toda la ciudad y desde principios de este siglo, varios restaurantes de Copenhague han sido considerados los mejores del mundo. Uno de los principales reconocimientos que ha premiado a los restaurantes de la ciudad es el Michelin Award. En total la capital danesa ha reunido 13 estrellas Michelin, lo que, junto a otros premios, la ha colocado como la capital gastronómica mundial en el último año.
La comida danesa destaca por utilizar ingredientes locales de temporada en recetas con influencias francesas y alemanas antiguas. Los platillos consisten principalmente en la combinación de pescados, carnes y mariscos, de los cuales se saca el mayor provecho.
Dicha gastronomía también tiene una fuerte influencia en el pasado agrícola de la región, por lo que integra raíces, semillas, legumbres, bayas y cebadas. Dentro de esta cocina también se utilizan licores tradicionales, lácteos, encurtidos y guarniciones ligeras. La cocina danesa se distingue por ser orgánica, por lo que Copenhague muestra la mayor cuota de mercado de comida orgánica en el mundo.
Aunque Copenhague resguarda algunos de los mejores restaurantes del planeta, existe uno en especial, el NOMA, que es considerado hasta ahora el mejor restaurante a nivel internacional. Su nombre es la abreviatura de Nordisk Mad, que significa “comida nórdica”. Este restaurante se ubica en lo que anteriormente fuera un antiguo hangar portuario, ahora remodelado.
Otros famosos restaurantes reconocidos con estrellas Michelin en Copenhague, son Kokkenet en el barrio Nyboder, Formel B en el barrio Friederiksberg (famoso por su menú de 6 platos), The Paul, Hong Kans, Era Ora, Paustian, MR y AOC.
Además de los restaurantes, las calles de Copenhague regalan una singular muestra gastronómica muy representativa. La comida rápida de Dinamarca, a diferencia de la fast food en otros países, es ligera y saludable. Entre la comida típica más popular que puede degustarse en los pequeños locales en las calles, están los famosos sándwiches abiertos, Smørrebrød (pan de centeno con mantequilla y salchicha), arenque, ganso asado, patatas con carne, flan y arroz con leche.
Además, en la ciudad se llevan a cabo diversos festivales de comida típica, que incluyen actividades familiares, escuelas de cocina, degustación de vinos y la participación de los restaurantes gourmet.
Así, esta ciudad que reúne lo mejor de la comida europea desde sus raíces y lo combina con el glamour de la cocina gourmet orgánica y tradicional, se coloca al nivel de grandes capitales como Berlín y Madrid, superando incluso ciudades como Amsterdam o Viena. Sin duda un sitio perfecto para los sibaritas amantes de la buena comida y los sitios con encanto europeo tradicional.